La parada se realiza en un colorido local, donde el rojo de su fachada evoca al Moulin Rouge del que todos hemos escuchado hablar. Y la decoración, cálida, con madera como elemento principal y muy acogedora, es ideal para enmarcar lo que se vendrá a continuación.
LA CARTA CHEZ MOI
En pocos lugares del país podés encontrar la focaccia cocinada con los secretos italianos. Chez Moi la tiene, y la presenta para quienes no la conocen: consiste en un pan plano cubierto con finas hierbas, jamón crudo, higo, uva pasa, ciruela y tomates deshidratados. Un excelente compañero para el vino tinto. Así los cantuccinis, también llamados biscotti di Prato, son otra de sus joyas perfectamente combinables con el champán.
Los almuerzos y las cenas son igual de especiales, pues el chef incluyó manjares originales en la carta. ¿Su recomendación? El pato, pues es cocinado estilo confit, lo cual da como resultado una carne tierna, rosada y con piel crujiente. Esto bañado en una salsa con los jugos del pato y naranja. Este plato se estrenará el sábado junto al gras-double à la lyonnaise (la versión francesa de los callos a la madrileña)
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