En una celebración íntima, con amigos cercanos y familiares, sus funcionarios degustaron delicias propias y brindaron con el vino de la casa, el trivarietal Carlos Michel. La velada transcurrió al compás de la música de serenata interpretada por Érick Bezerra.
El propietario, Carlos Suárez, comentó que entre sus planes está abrir una pequeña franquicia bajo la misma línea de Michelangelo, emprendimiento que estará a cargo de sus hijos, que estudian gastronomía en el extranjero
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