Este plato, muy tradicional en la cultura de ese lado del mundo es fusionado con ingredientes locales, ya que el habitual cordero es remplazado por carne de res y va acompañado con verduras nativas.
La carta, además, propone un taboule de quinua, acompañado de una vinagreta artesanal y de una reducción de aceto balsámico (Bs 70). Esta ensalada esencial en el recetario árabe tiene la frescura del mediterráneo y el frenesí de la tierra de los moros.
Finalmente, se sugiere como postre un baklawa (Bs 40), un pastel turco elaborado con milhojas y relleno de nueces, pistachos y almendras trituradas. Esta delicia bañada en miel los hará amar a los descendientes del mar Negro.
Pero la experiencia no se limita al sabor, sino también a la ambientación, ya que en el restaurante se escucha música árabe. Y a las 21:00 hay un espectáculo con un percusionista y una bailarina que te harán sentir como un jeque.
Cada primera semana del mes, Sens propondrá una temática distinta. Hay que agradecerlo
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