El protagonista de la velada fue el vino, considerado la bebida básica en la mesa. Esta vez a través del Riesling, maridado con ostión (crema de puerro con jengibre y aire de soya).
El siguiente plato fue una ensalada (con queso de cabra, tomate asado, nueces y pesto), acompañado por una copa de Rose.
El desfile de platillos siguió con Queso de cerdo (marcado a la plancha con puré de habas, crujiente de jamón y mermelada de higos). Para esta exquisitez fue ideal el bi varietal Cabernet - Merlot.
En esta ocasión no podía faltar el trivarietal Cabernet, Malbec, Tannat, acompañado con Taco de res (crema de yuca y salsa de hongos), y para el postre Moscobado y chocolate (bizcocho de moscobado con sopa de chocolate y helado de maracuyá), maridado con Oporto. Un verdadero deleite para el paladar.
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