Este reconocimiento fue otorgado por el alcalde Municipal de La Paz, Luis Revilla, al propietario del restaurant, Peter Sojka, descendiente de los inmigrantes judío-austriacos Leo Nothmann y Elysabeth Schmidt, quienes emprendieron el negocio hace 72 años.
Esta nominación fue motivo de una inolvidable ceremonia celebrada en los mismos ambientes de la confitería, ubicada en El Prado, una parada casi infaltable de paceños y turistas.
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