¿Una pizza al paso? Calentada en un hornito móvil en una esquina de la Oquendo y Ramón Rivero, estas pizzas de todo tamaño y sabor son una alternativa a quienes buscan un manjar rápido, económico, agradable y que satisfaga al estómago. Después, aparecieron las mismas pizzas en otros puntos de la ciudad y se hicieron familiares para el transeúnte cochabambino.
El gestor y emprendedor es un joven de 32 años, Jaime Careaga, egresado de Administración de Empresas y que se abrió mercado hace unos seis años, con bastante éxito. Aunque no tienen marca registrada, el emprendedor pensó en bautizarlas como La Mia Pizza, pero por ahora es una tarea pendiente.
En realidad, según cuenta, él ya había visto unas pizzas parecidas en las calles de Potosí, cuando era niño, y le sorprendió no encontrarlas en Cochabamba. Más tarde, mientras estudiaba y buscaba algo de qué vivir, se le ocurrió que podrían elaborarse en forma casera precocidas, de tamaños pequeños, precio económico y que no perdieran el encanto de su sabor, y contrató a un pizzero, del que fue aprendiendo el oficio hasta dominarlo.
Hace seis años, instaló el hornito móvil en la otra vereda del cine Cénter (Oquendo y Ramón Rivero) con su oferta de pizzas chicas a siete bolivianos en ese entonces y las medianas a 10. Su éxito fue inmediato decidió tramitar un crédito y cambió el fruslero por máquinas (una batidora y una laminadora), que hicieron que los cortes fueran más precisos y el amasado más delgado, además de hacerlo en mayor cantidad y menor tiempo.
Con esto, su familia tomó parte en el negocio, colaborando con el preparado, mientras que otros parientes suyos fueron ocupando otras esquinas en la ciudad: en la Ayacucho y Heroínas, Oquendo y Heroínas, cerca de la Universidad Mayor de San Simón, y en la Melchor Pérez de Holguín.
La respuesta de los clientes que ya buscan estos manjares y saben dónde encontrarlos hizo que programara para cada día entre 250 y 300 pizzas, de distintos tamaños.
Aunque los días de mayor venta son los miércoles (debido a la oferta del Cine Cénter de dos por uno para el ingreso al cine), los puestos donde se ofrecen La Mia Pizza atienden los 365 días del año desde las 16:00 hasta las 23:00 aproximadamente.
MUCHA COMPETENCIA
• Jaime Carega relata que sus productos al principio tuvieron gran demanda en la ciudad de Cochabamba durante algún tiempo, hasta que apareció la competencia.
• Curiosamente, la competencia de La Mía Pizza no son los productos de las empresas con renombre de la ciudad, que al final, tienen precios más altos. La verdadera rivalidad apareció con su propio producto: exempleados suyos que aprendieron el oficio y que terminaron instalando otro hornito con las mismas pizzas en la acera de enfrente.
• Además, la esquina de la Oquendo y Ramón Rivero se llenó de todo tipo de ofertas, desde chorizos, hamburguesas y hasta trancapechos.
EMPRENDEDOR
Joven administrador
• Jaime Orlando Careaga Herrera, tiene 32 años, es potosino de nacimiento y egresado de la carrera de Administración de Empresas.
• Tiene tres hijos (Diana, Santiago y Fabiana) y una familia con la que emprendio el negocio.
• Al menos 10 familias dependen del emprendimiento que llevó adelante, entre cocina, distribución y ventas.
Productos
• Actualmente, se venden cinco variedades de pizzas, que van, según el tamaño, desde los ocho hasta los 22 bolivianos.
• Los sabores son salame, jamón, mortadela y vegetarianas (choclitos y champiñón).
La demanda también varía. Cerca de la UMSS prefieren las personales, mientras que en la esquina del Cine Center salen más las familiares.
Creatividad
• El trabajo de Jaime Careaga está llena de sacrificios, pero también de creatividad.
• Comienza a las 8:00 con las compras de queso, mortadelas y demás aderezos (la harina se adquiere de forma semanal).
• A las 10:00 debe hacerse la masa, el laminado y los cortes. Después, debe procederse con el “decorado”, que es el proceso de colocar las mortadelas y demás aderezos en las pizzas.
• A las 16:00 ya deben repartirse las pizzas en cajas a todos los puestos. Cerca de las 23:00 es hora de recoger los hornitos y el producto que haya sobrado (un trabajo de todo el día).
• Alguna vez probó hacer decorados especiales, como la pizza rojo, amarillo y verde (con colorantes) en el Día de la Patria, o las pizzas negras decoradas con murciélagos y calaveras en Halloween. Pero es mucho trabajo y el precio es el mismo, según reconoce el emprendedor.
• Otro de sus proyectos es variar el producto, con pollos y hamburguesas al horno, envueltas en papeles especiales. Incluso tiene pensado el nombre para su nueva iniciativa: Criminal. Ya estaremos viendo el resultado.
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