Van a dar las seis de la tarde y el frío comienza a recrudecer, pero la gente no para de llegar. Niños de la mano de sus padres, grupos de adolescentes, personas adultas... todos llegan a probar por primera vez las paletas Yucatán o a repetir el gusto. Los helados artesanales cruceños con relleno, estilo mexicano, están en La Paz hace más de tres meses y aún no han dejado de ser una novedad en la zona Sur de la ciudad.
Hay al menos 15 opciones de paletas, cuyos precios oscilan entre los 12 y 15 bolivianos: maracuyá con relleno de leche condensada, mousse de guayaba o de achachairú, fruta típica del oriente boliviano. En el menú también se anotan paletas de sabores sofisticados, como la de cheesecake de frutilla, de pie de limón con leche condensada -el favorito hasta ahora en La Paz-. La paleta de mix frutilla papaya con leche condensada... o el capuchino con relleno de dulce de café, son otra opción.
"Son más un postre que un helado. Su relleno no está congelado”, asegura Mirna Terán, administradora de la nueva heladería, que se instaló en la calle René Moreno, y atiende entre las 11:00 y 21:00.
"Están elaborados con los más altos niveles de calidad y con ingredientes completamente naturales y frescos. Son helados artesanales, no tienen ningún tipo de conservantes, son orgánicos, esa es nuestra diferencia”, añade la joven administradora.
Los clientes, que no paran de llegar, no tienen que esperar mucho para comenzar a disfrutar de los sabores naturales de Yucatán. Se acercan a la caja, pagan el precio del helado por el que se decidieron e, inmediatamente, el personal del local les entrega su paleta, verificando, previamente, que sea del sabor elegido.
Para hacer este control desenvuelven la paleta para mostrar al cliente que está en perfectas condiciones.
"Esta forma de atender es lo que nos diferencia porque queremos que la gente advierta la calidad”, asegura la administradora mientras recorre con la mirada cada uno de los detalles del pequeño local.
Es que las paletas Yucatán están instaladas en un ambiente pequeño, decorado con detalles que lo hacen muy acogedor. No se precisa más, porque el cliente prácticamente entra y sale del lugar. Sólo algunos se quedan a disfrutar de los helados, sentados en la barra que se ha instalado delante de un ventanal.
"Hemos considerado todos los pequeños detalles para que los clientes se sientan cómodos el poco tiempo que tienen que esperar”, remarca Mirna Jordán.
Mexicano con sabores bolivianos
Las paletas Yucatán son una franquicia boliviana creada en Santa Cruz. "El concepto, la forma y el estilo son mexicanos, pero el producto es netamente boliviano, elaborado con productos bolivianos”, asegura el personal de la heladería.
Cuentan que la idea fue replicar las famosas paletas Yucatán de México en Bolivia. La iniciativa nació de los esposos Alex y Silvana Butteler, hace dos años, aproximadamente. La pareja había hecho un viaje a México, donde quedó encantada con los helados artesanales. De regreso a Bolivia decidieron poner en práctica su idea en Santa Cruz con otros dos emprendedores: Carlos Marcelo Butteler e Iván Castedo.
"Alex y Silvana conocían el concepto de las paletas Yucatán y Silvana, además, tenía unas recetas de helados artesanales. Comenzaron a hacer las paletas. Primero las estandarizaron y luego fueron experimentando con varios sabores bolivianos tradicionales, como el achachairú, un fruto muy tradicional del oriente boliviano”, comenta Mirna Jordán.
El éxito en Santa Cruz fue inmediato y la heladería se multiplicó en ocho sucursales.
Hace tres meses los creadores de las paletas Yucatán a la boliviana decidieron ampliar sus fronteras saltando al mercado paceño, donde el éxito parece inminente. Por eso analizan implementar una nueva sucursal en la urbe paceña.
Como la iniciativa está en crecimiento, se anuncia que la heladería, en poco tiempo, también llegará a la ciudad de Cochabamba.
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