En una imponente y vistosa edificación pintada de morado y amarillo se encuentra Diverland, un parque de diversiones construido sobre 4.000 metros cuadrados, donde se promueve un encuentro entre padres e hijos, con juegos entretenidos que desafían la destreza y agilidad.
Pistas de karting, autos chocadores, piscina de pelotas, vagones de tren y el Playground más grande de Sudamérica, forman parte de los atractivos de este centro de entretenimiento que abrió sus puertas el 8 de marzo en el barrio de Cota Cota, ubicado en la zona Sur de La Paz.
"El objetivo es ofrecer un espacio de recreación familiar con buenos juegos y a un buen precio, porque hacen falta parques infantiles en la ciudad. Por eso siempre decimos: nunca costó tan poco divertirse tanto”, afirma el propietario de Diverland, Masen Mokdad.
En primera instancia este parque estuvo inspirado en sus tres hijos, que cuando empezó la construcción tenían nueve, 11 y 14 años. No obstante, en los cuatro años que demoró construir la infraestructura, ellos pasaron de dar sugerencias a colaborar activamente en la implementación de este emprendimiento.
Los juegos estáticos y eléctricos están distribuidos en tres pisos según las edades de los clientes.
En el primero se encuentra una piscina con 60.000 pelotas de plástico en la que niños y niñas entre tres y 12 años pueden sumergirse como grandes nadadores. En este mismo espacio está un minikarting con una variedad de carros y motos, además de una pista para 10 autos chocadores.
El segundo nivel está diseñado exclusivamente para una pista de karting que tiene el estilo de las grandes carreras de autos, con banderines cuadriculados en blanco y negro, y áreas verdes que bordean la ruta ondulante por la que circulan los autos eléctricos.
Mokdad explica que el recorrido toma unos seis minutos, uno por vuelta, en los que cada conductor, que debe ser mayor de ocho años, pone a prueba sus habilidades con el volante para no salirse del camino ni chocar con otros participantes.
"Para diseñar la pista me senté en uno de los autos y me puse a manejar en el espacio. Así vi las curvas que debía tener para que sea más divertido para ellos”, comenta sonriente.
Inspirado en el niño que lleva dentro, el propietario también diseñó el Playground del tercer piso, que consiste en un colorido laberinto lleno de puentes colgantes, paredes para escalar y toboganes que alcanzan los nueve metros de altura.
Siendo un trayecto intuitivo y con muchas alternativas, los pequeños pueden pasar hasta dos horas tratando de encontrar la salida. Además, en el lugar pueden jugar hasta 350 niños simultáneamente.
Casi bordeando esta estructura, también se armó un camino de rieles de 250 metros de longitud por el que circulan 12 vagones que avanzan a pedal.
"Algo que los padres ponderan es que cuando vienen a Diverland, sus hijos salen de la rutina tecnológica y realizan actividades diferentes, físicas y de interacción personal con otros. Es un reencuentro familiar”, dice Mokdad.
Además de las áreas de juego, algo que los identifica son los servicios de comida rápida, la tienda de dulces y helados, los salones para eventos infantiles como celebración de cumpleaños o visitas de colegios, guarderías y la presencia de animadores que realizan shows de música y títeres.
Para celebraciones especiales, como cumpleaños, se pueden establecer paquetes que pueden o no incluir el uso de los juegos eléctricos, con previa reserva.
"Estamos abiertos a lo que los clientes requieran. A veces ellos mismos se encargan de traer la torta y las canastas, nosotros les facilitamos la comida, los refrescos, las mesas y sillas”, afirma Mokdad, mientras señala un trono en el que se sientan los protagonistas del evento.
Samuel Polo, uno de los clientes, asegura haber quedado satisfecho con este servicio por ser un lugar novedoso en La Paz, en el que los niños se divierten sin restricciones.
"Al final mi hijo de nueve años me dijo: ‘éste ha sido el mejor cumpleaños de todos’. Tenía que ver a uno de mis sobrinos, estaba con su polera mojada de tanto corretear y explayarse en los juegos. El único peligro es que no quieran salir del local”, comenta.
Justamente, algunos de los niños sueltan en llanto a la hora de partir, porque no se quieren ir, mientras otros corretean de un lado al otro, apoderándose del lugar con un gran entusiasmo.
Muestras de aceptación como éstas impulsaron al propietario a realizar un parque similar, pero al aire libre en Santa Cruz, que, según lo previsto, podría comenzar a cimentarse el próximo año.
Entre tanto, Diverland de La Paz mantiene sus puertas abiertas para quienes buscan un espacio de entretenimiento alternativo, con estándares de seguridad que garanticen la diversión y el esparcimiento de los más pequeños de la casa.
Contacto Diverland
Contacto Diverland se encuentra en la calle 35 de Cota Cota N° 48. Para más información sobre los paquetes para celebraciones infantiles, llamar al 2-796831 o escribir al correo electrónico: diverlandpark@outlook.es
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