Un amplio menú se guisa al sol, desde carne al horno, sopas y postres. No existe fermentación alguna, sólo se requiere paciencia para la cocción.
En pleno corazón de Sopocachi, entre Guachalla y Abdón Saavedra, se encuentra el único restaurante en La Paz de comidas cocinadas al sol. Solar mi Sol ofrece un menú variado.
Sopas, pollo cocido, estilo horno, además de los múltiples postres se procesan en la fonda en artefactos que funcionan con los rayos solares. Desde que sus copropietarios utilizan estos instrumentos, una garrafa les dura hasta tres meses.
Un menú gracias al astro rey. Una de las copropietarias del restaurante, Magda Catorceno, dijo que la iniciativa de tener este negocio nació a raíz de la vinculación que tuvo con la Asociación Francesa Bolivia Illimani.
“Desde hace dos años somos una asociación boliviana sin fines de lucro que continuamos con el propósito de difundir la iniciativa. La institución francesa financió 400 cocinas solares y ofreció 20 talleres para el armado, uso y aplicación de las cocinas en La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba. El propósito era encontrar alternativas de difusión sobre una tecnología que es simple, natural y útil; nace la institución Inti Illimani, de la que actualmente soy Presidenta”.
Comida sana por el medio ambiente. Los talleres ofrecidos a las 20 familias posibilitó informar a las personas sobre los beneficios que se tienen al utilizar el sol como fuente de energía.
“Al comer este menú, cocido al sol, se siente más liviana, no tenía hambre y tenía menos insomnio. En la cocina solar no se puede utilizar aceites. Por tanto, las comidas son sanas y naturales al conservar sus nutrientes, por una cocción lenta”.
El menú. Petrona Apaza es la cocinera oficial del restaurante, también copropietaria, dijo que “hasta los postres salen bien en estas cocinas, el arroz con leche es lo que más me gusta cocinar”.
En el negocio se trabaja bajo el lema “Coma sano, rico y cuide el planeta”.
Beneficios de las cocinas solares. En la oportunidad, Catorceno explicó que el uso de los artefactos solares permiten a las personas el ahorro porque una garrafa de GLP de 10 kilos les dura alrededor de seis meses.
“Otra ventaja de esta cocina al sol, para quien la utiliza, es que se convierte en protector del medio ambiente, ya que ésta no emite dióxido de carbono. Es decir, si una persona utiliza su cocina común de forma diaria, al año produce toneladas de dióxido de carbono”.
Carlos de la Rocha, participante de la sociedad, dijo que “el ahorro, en el caso del restaurante, es de tres toneladas anuales de dióxido de carbono”. Explicó el beneficio para el medio ambiente si las familias optaran por el uso de las cocinas solares, porque se evitaría la emisión de cantidades enormes de dióxido de carbono.
400 cocinas fueron entregadas en Bolivia. La entrega es en lugares en los que no se regenera el carbón.
2 años que el restaurante funciona con un amplio menú en la zona de Sopocachi durante todo el día.
La olla comienza a hervir a gas, el resto de la cocción lo hace el conservador solar, cubierto de metal, cartón y lanas de oveja.
“Este tipo de cocinas evitarían las quemaduras de los niños”, dijo catorceno. Bastante material fue promocionado en el encuentro nacional de secuelas de quemaduras.
El jefe del departamento de Cirugía Pediátrica del Hospital del Niño, Augusto Valdivia, dijo que Bolivia carece de un banco de piel para quemados. En lo que va de 2011, el Hospital del Niño de la ciudad de La Paz recibió 115 pacientes afectados por quemaduras. El 80 por ciento sufrió lesiones de agua hirviente y eran niños.
Tiempo y reglas, al sol
Para adquirir una de estas cocinas al sol, es necesario tomar en cuenta, ante todo, que en ellas pueden cocinar hombres, mujeres y hasta niños.
4 meses se seguimiento, Inti Illimani, hace con las familias beneficiadas por la cocina solar, con el fin de que demuestren cómo les fue en el desempeño del cocinado.
4 días completos es el tiempo en los que se llevan a cabo los cursos de capacitación para armar y cocinar en las cocinas solares. Dos de teoría, dos de práctica y con recetario.
13 bolivianos cuesta el menú. Sábados, sopa de maní y pollo al horno solar. Y de Bs 15 hasta Bs 30, la trucha, y las jarras de los jugos más variados, a ocho, y los vasos, a dos.
300 bolivianos es el precio promedio de la cocina solar que paga una familia. Pero el costo en realidad es de 1.000 bolivianos y otros incentivos, como la charolas.
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