Cada día produce 25 variedades de masitas que se exponen en la vitrina y se venden en pocas horas. La pastelería tiene 30 años y el salón de té, al lado del supermercado SAS, cumplió cinco.
“Karinel” es una reconocida pastelería que tiene 30 años de vida y un importante salón de té que ha cumplido cinco.
Sus masitas se agotan cada tarde y se venden desde su local ubicado al lado del Supermercado SAS, en la calle Pérez Nº 373. La gerente y propietaria de Karinel, Doris Carrasco de Seoane, identifica a la constancia como la clave de este éxito.
Ella se siente orgullosa de ser una de las responsables de que productos típicamente chuquisaqueños, como las empanadas de lacayote o las hojarascas con dulce de guayaba, no se pierdan.
“Estamos haciendo un esfuerzo para que se mantenga la tradición de nuestras masitas”, enfatiza Carrasco, quien forma parte de la Asociación de Chefs de Chuquisaca y alerta de la pérdida de los productos típicos de la ciudad frente a la competencia de los foráneos.
Sus productos especiales
Actualmente, en Karinel se producen 25 variedades de masitas al día. El favorito es el rollo de queso, pero no se quedan atrás las opciones elaboradas a base de masa de hoja.
“Las masas son de calidad y se acaban pronto, por lo que dan más ganas de trabajar”, remarca la propietaria.
En las vitrinas, que se vacían completamente en cuestión de horas, tienen la torta de penco y tres leches. En cambio las de novia y de cumpleaños se hacen a pedido.
Por día requieren de 3 quintales de harina, pero, dado que las masas son finas, en su mayoría utilizan la mitad de maicena en la receta.
Doris Carrasco se encarga personalmente de preparar las tortas. “Yo las hago, pues soy muy exigente”, dice ella a CAPITALES.
A las tortas de novia les presta especial atención y las cotiza según la porción. Dependiendo de la masa, que puede ser de nuez, chocolate, moca, vainilla o combinadas; de los rellenos, de crema de leche, manjar, mermeladas; y de la cobertura, que incluso puede llegar a ser una pasta de almendra, la porción cuesta entre 11 y 13 bolivianos.
Las tortas de cumpleaños, por otro lado, tienen un costo por porción y varía a partir de los 9 bolivianos. Los gustos más pedidos son chocolate, moca o vainilla con fruta.
Inicios y crecimiento
Graciela Mérida, junto a su hermana Carmela, madre y tía de Doris, respectivamente, comenzaron el negocio de la pastelería vendiendo masitas dentro de la casa.
“Yo continué con esa tradición”, dice Carrasco quien aprendió las antiguas recetas de Sucre, entre otras, las empanadas de lacayote, las hojarascas con dulce de guayaba o el rollo de queso.
Eso les dio impulso para abrir un negocio hacia la calle, dentro de su propio domicilio de la calle Pérez 373, al lado del Supermercado SAS. Desde allí vendían directamente sus masitas típicas, pero también las que fueron incorporando al gusto de los clientes.
Por años atendió el servicio de té de FANCESA, de la Corte Suprema (actual Tribunal Supremo de Justicia) y de otras instituciones del Estado.
Antes vendían sus masas por docena; ahora, por unidad. La mayoría de las masitas cuestan 2 bolivianos y, como todo negocio legal, en Karinel se entregan facturas por cada compra.
En sociedad con Nelson Seoane
Carrasco abrió el salón de té hace casi cinco años, con una inversión de 15.000 dólares, en sociedad con su hijo Nelson Seoane. Este relativamente nuevo local tiene capacidad de recibir hasta 40 personas distribuidas en 12 mesas dentro de un salón de 75 metros cuadrados.
“Karinel” deriva de las primeras sílabas de los nombres de sus hijos: Karina y Nelson.
MÁS SOBRE KARINEL
12 empleados trabajan actualmente, distribuidos en varios turnos, en Karinel.
2 a 3 días de anticipación se necesitan para pedir una torta de cumpleaños.
2 bolivianos cuesta cada unidad de las masitas elaboradas en la pastelería.
15.000 dólares fue la última inversión realizada para abrir el salón de té.
373 es el número de su dirección, en la calle Pérez 373. Teléf. 6438672.
16:00 a 20:00, el horario de atención. Abren de lunes a sábado.
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