Con el pasar de los años, muchas de las casas tradicionales de gastronomía o repostería de la ciudad, han desarrollado estrategias para crecer acorde con la población y la demanda del mercado. La creación de sucursales ha facilitado la vida de los consumidores que ahora tienen su restaurante o pastelería favoritos a pocas cuadras de su hogar.
Uno de los locales que ha seguido esta tendencia es Fridolin que se posicionó en la ciudad gracias a sus famosas tartaletas de frutas y otras delicias dulces preparadas con el toque europeo, ofreciendo un delirio visual y agradables sensaciones al paladar.
La Casa del Camba también creó sucursales e innovó con el servicio exprés que permite servirse buenas carnes a la parrilla en tiempos que antes no hubiéramos imaginado.
Y así ha sucedido con otras pastelerías y restaurantes que aprovechan los patios de comida o el movimiento comercial de nuevas zonas de la ciudad, para hacer crecer su negocio.
Sin embargo, los propietarios deben tener especial cuidado en que la calidad y el buen servicio sean el común denominador entre la casa matriz y las ramas del negocio.
Deben pensar en grande y seguir el ejemplo de grandes marcas internacionales que han llevado sus sabores y creado cadenas en otros países del mundo
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