“Chimi jai bojori”, pregunta en persa Kvar Marjouvei, el dueño del restaurante Marrakech, a un grupo de jóvenes iraníes que entra al local ubicado en el pasaje Melchor Jiménez entre Linares y Sagárnaga. El propietario les está consultando “qué desean comer” y los muchachos eligen humus, una de las especialidades de la casa.
Minutos después, un plato grande con puré de garbanzos y pan pita (masa plana y caliente) son dejados en la mitad de la mesa. Los jóvenes lo utilizan como cucharas para saborear una de las especialidades de la casa.
El Marrakech es uno de los tantos restaurantes ubicados en inmediaciones de las calles Illampu y Sagárnaga que ofrece diversidad de culinaria internacional, desde comida cubana hasta iraní.
Otro de los sitios es el Thai Old Town, situado en la Sagárnaga, donde resaltan la imagen de Shiva, un semidios hindú, y la mística música de la India. Ahí se ofrece comida de ese país, pero también japonesa y tailandesa.
“Hay 24 tipos de platos tailandeses, el que más sale (se vende) es el kai neo, un plato con pollo, leche de coco y especies”, comenta el dueño del local, Vicente Alanoca.
En el Marrakech, en cambio, Marjouvei aconseja comer una ensalada de tomates, pimientos asados, aceite de oliva y ajo conocida como matbuja.
Después de la comida, Marjouvei sirve a los clientes una infusión caliente de menta. “Salud”, dicen en coro y continúan su conversación en persa.
En la calle Illampu el restaurante Martini Pizza ofrece comida italiana, pero también delicias del Medio Oriente, como humus, croquetas de garbanzos o habas conocidas como falafel y döner kebab, que son láminas de carne de ternera o pollo servidas en un pan redondo y aplastado.
Si se busca un gusto más caribeño está el restaurante Sabor Cubano, también en la Sagárnaga, que ofrece platos criollos de la isla acompañados de un mojito.
En esa misma calle está el Café del Mundo, que ofrece comidas de varios países como Francia, Indonesia, México, Jamaica, Grecia y Suecia. La dueña es la sueca Elin Olofsson.
Ahí uno de los postres más requeridos, sobre todo por los turistas, los suecos, son “chokladboll”, unas masa compacta de avena, café, cacao y mantequilla con forma de bolas.
La mayoría de los ingredientes que requieren los cocineros del Café del Mundo son adquiridos en el mercado local, sobre todo en supermercados, aunque hay otros que son adquiridos de importadores.
“El supermercado donde hay mayor variedad es el Ketal, de Calatoto”, comenta Olofsson y agrega que en el tiempo que está el café (un año y medio) la variedad de productos internacionales se ha incrementado.
El público que acude a los restaurantes varía de acuerdo a la temporada. Los israelíes llegan a Bolivia en marzo y abril; los europeos en agosto y septiembre, y los argentinos, en noviembre.
¿Dónde comprar los ingredientes?
Los dueños de los restaurantes que ofrecen comida internacional compran los ingredientes en el mercado local o a importadores de productos alimenticios.
Vicente Alanoca, dueño de Thai Old Town, obtiene productos específicos en tiendas japonesas, una ubicadas en la Yanachocha y otra en Calacoto.
“Nos abastecemos de surtidas especies japonesas en estas tiendas”, comenta Alanoca, como el wasabi, vinagre de arroz, o las algas.
Alanoca compra también productos de tiendas chinas, una de ellas ubicada en la calle Goitia y de una coreana situada en la Arce, mientras que otros productos como el jengibre lo adquiere en el mercado.Kvar Marjouvei, dueño del restaurante Marrakech, adquiere algunos productos en La Paz y otros los compra del supermercado IC Norte, de Cochabamba, como el “cous cous” de marca “roland whole wheat”, uno de los ingredientes principales para la mayoría de sus comidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario