Luego de casi dos años de continuos y cuidadosos trabajos, se concluyeron las obras de restauración de la que fuera la “Hacienda Huayllani”, de la familia Rivero Adriázola.
La decisión de llevar adelante dicha restauración nace de la necesidad de preservar una casa de campo señorial, la que justamente este año cumple 160 años de su construcción.
Sobre una superficie total cercana a los 4,000 m2, se ha reparado la verja y habilitado los antiguos ambientes de la capilla y dos salones, conservándose en ellos el techo de caña hueca. Asimismo, se ha recuperado el patio central (420 m2), cubriéndolos de ladrillo tipo Pavic y se han sembrado 1,000 m2 de pasto, logrando mantener la pequeña laguna y el puente de madera que la cruza, así como los antiguos árboles de terebinto y molle. A objeto de tener una entrada digna de su nuevo aspecto, en el hall distribuidor se ha instalado una lámpara de cristal de roca, respetándose la puerta de madera, el arco de adobe y la voluta de hierro originales.
GASTRONOMÍA & ESPARCIMIENTO
A fin de darle funcionalidad, los emprendedores de este proyecto decidieron convertir la Hacienda en restaurante y centro de eventos, por ello es que ahora se cuenta con una buena oferta gastronómica y para ello profesionales del rubro han desarrollado un menú que combina platos tradicionales con “comida de autor”, dándole así a la Hacienda Huayllani un toque diferente de calidad y sabor propios.
También se ha habilitado una habitación para que novias o quinceañeras puedan cambiarse y acicalarse con comodidad. Para el servicio de restaurante se ha recuperado una media agua y se ha construido un parrillero.
Todas estas mejoras, que han significado una fuerte inversión, se las llevado adelante con el fin de preservar una casa rural republicana temprana y, al mismo tiempo, dotar a Cochabamba de una alternativa de esparcimiento y encuentro social a apenas quince minutos del centro de la ciudad.
“Creemos que la oferta gastronómica es de suma importancia. Por ello es que la parte de alimentos está a cargo de dos profesionales de la gastronomía”, dice Raúl Rivero Adriázola, que junto a los chefs y organizadores de eventos Marcelo Fernández y Mariana Pedraza son socios de este emprendimiento.
En coincidencia con el estilo arquitectónico y el entorno desarrollado en la Hacienda sus espacios también estarán disponibles para el desarrollo de expresiones artísticas, como la música, la pintura y la danza, dotando así a nuestra región de una alternativa agradable y adecuada para ser centro de las inquietudes artísticas locales y nacionales.
En una siguiente etapa, los propietarios esperan poder hacer un Hotel Boutique que se integre a la construcción actual, dotado de las comodidades necesarias para alojados locales y del extranjero, manteniendo el aire campestre tan típico de esta hermosa Hacienda, ubicada en la Av. Chapare. (camino antiguo a Sacaba).
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