Hace tres meses, el sueño se hizo realidad con la apertura del restaurante WOK10, ubicado en la Av. Melchor Urquidi y Uyuni.
Ortega, tarijeño de nacimiento, cuenta que decidió retornar a Bolivia debido a la nostalgia que sentía por el país que dejó 15 atrás, por eso y decidido a aportar en algo a la ciudad, decidió abrir un restaurante para aplicar todos los conocimientos de gastronomía y hotelería que había adquirido en su paso por Europa y Asia.
Sobre por qué eligió preparar comida tailandesa, dice que fue porque quedó maravillado con ese país asiático por su cultura y por la variedad de su gastronomía.
“En Tailandia se come todo tipo de animales”, cuenta. Además, afirma que sus platillos tradicionales tienen una variedad de ingredientes naturales, tales como el jengibre, y una variedad de tubérculos que, según Ortega, son empleados para tratar enfermedades.
En WOK10, Ortega ofrece como novedad una variedad de 10 salsas que son una mezcla de verduras y aceites que le dan un toque especial a cada comida preparada.
Afirma que no ha tenido muchos problemas para encontrar en los mercados los ingredientes que necesita para preparar los platillos y las salsas asiáticas ofertadas.
El chef tarijeño afirma que inició su negocio sin realizar un estudio de mercado y que fue la intuición la que lo llevó a invertir 20 mil dólares en su restaurante.
La inversión se centró sobre todo en la compra de una cocina tipo industrial y máquinas especiales para la elaboración de los woks (el platillo asiático).
Aunque señala que aún no es posible determinar en cuánto tiempo podrá recuperar su inversión, Ortega afirma que en estos tres meses de trabajo el negocio "ha ido bien” pues recibe por noche alrededor de 20 pedidos y cada plato tiene un costo de entre 15 a 25 bolivianos, un precio que considera accesible.
Sobre por qué eligió Cochabamba para establecerse, dice que lo hizo por su tradición gastronómica y que él quiere ser parte del crecimiento de este rubro en la ciudad.
Añade que su restaurante tiene el objetivo de ofrecer una nueva alternativa, no sólo a los cochabambinos, sino también a los muchos ciudadanos bolivianos que retornan al país y buscan los platillos que degustaban en el variedad de restaurantes que ofrezcan comida alternativa”, dice.
Cuenta también que tiene como meta lograr fusionar los alimentos de Bolivia con la cocina tailandesa, utilizando nuevas técnicas de cocción y fermentación , para crear una nueva variedad de platillos nacionales y conseguir que la gastronomía nacional sea reconocida en el mundo, tanto como la cocina peruana.
“En Bolivia tenemos una variedad de alimentos que se podrían emplear en crear una nueva gama de platos que sin duda colocarían al país en lo más alto de la gastronomía mundial”, comenta el emprendedor.
Ortega espera contratar más personal puesto que, desde la apertura del restaurant, sólo él y su esposa se encargan de la compra de los alimentos, la cocina y la atención de los clientes.
Sus objetivos inmediatos son mudarse a un espacio más grande para atender a una mayor cantidad de clientes y ampliar su capacidad para cumplir con pedidos a domicilio.
PERFIL
Salomón Ortega nació en Tarija hace 38 años.
Cuenta que se fue a España a los 22 años, donde se mantuvo trabajando para empresas internacionales dedicadas a la hotelería y a la gastronomía.
Su trabajo le permitió viajar por diversos países de Europa y Asia, donde se especializó en la técnica culinaria.
Está casado desde hace 14 años y tiene dos hijos, una niña 13 y un niño de cuatro años.
Afirma que, económicamente, le iba bien en Europa; pero la nostalgia por Bolivia le hizo retornar.
"Ahora quiero dar la oportunidad a los cochabambinos de degustar otro tipo de cocina", dice.
Ortega es optimista y confía en que podrá impulsar una nueva tendencia en la fusión de comidas y salsas.
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