Fito Jordán Mealla tiene una casa hermosa, y la tiene desde que sus abuelos compraran hace 110 años una bodega que ya tenía varios años construida, así que además de una arquitectura estilo español, Mealla heredó siglos de historia.
La combinación de ambas: arquitectura e historia, ha dado como resultado uno de los lugares de gastronomía más peculiares de Tarija, y sobre todo del Valle de la Concepción, que es donde se desarrolla la mayor parte de la “Ruta del Vino”, emprendimiento turístico que varios empresarios tarijeños, junto a agencias de viajes, han comenzado a promocionar con fuerza como uno de los principales atractivos de la capital chapaca.
“La bodega del abuelo” tiene como principal encanto ser una de las bodegas más antiguas, sino la más antigua, de la zona: “No sé exactamente cuánto tiempo lleva construida pero no es menos de 200 años”, dice Fito Jordán, cuyo acento está mezclado con toques españoles, por varios años de vivir en el Viejo Continente, con el pausado hablar tarijeño y uno que otro modismo mexicano, “esa es influencia de mi esposa”, dice el hombre. Justamente él y su esposa, mexicana, han logrado ambientar el lugar donde se sirven tapas y algunos platos, con una mezcla de bodega española, restaurante mexicano, y café antiguo bonaerense.
Sin duda la combinación es novedosa, pese a que todos los elementos son antiguos.
El menú es español y mexicano, y abundan los mariscos. Se fabrica vino casero, pero la intención de Jordán Mealla no es competir con los fabricantes de la zona, si no darse el gusto de preparar, y convidar, su propio vino. Aparte del vino de la casa, “La bodega del abuelo” es también una vinoteca, por lo que pueden encontrarse vinos de todos los orígenes, sobre todo argentinos y chilenos, aunque se prioriza en el menú a los vinos tarijeños “que no tienen nada que envidiar”, afirma un orgulloso Jordán.
Un sueño reparador
En los otros ambientes, la enorme terraza con mesas y sombrillas bajo un techo de parrales, constituye el mejor adorno del jardín, y desde allí se ven los viñedos, y en la casa, donde se alberga a la mayoría de artistas que llegan para participar en el festival anual del Arte y el Vino, un encuentro donde se integra al arte en sus diferentes aspectos, con el arte del vino y sus bondades, se destacan los objetos antiguos, sobre todo en la sala que parece traída de la década los ‘20.
La “bodega del abuelo” tiene albergue para 20 personas, en habitaciones simples o dobles con baño privado, que están decoradas en diferentes motivos, algunos mexicanos, otros más coloniales, pero todas con colores alegres y muebles antiguos. Este lugar es ideal para relajarse, disfrutar el buen clima, probar un delicioso vino combinado con comida mediterránea o el sabor colorido del menú mexicano, y escuchar historias de aventuras de los héroes de Tarija, como el Moto Méndez, que parecen, casi, de fantasía.
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