lunes, 19 de mayo de 2014

BLENDER’S en busca del placer de beber



Una buena bebida no necesariamente contiene alcohol ni solo es ingerida para saciar la sed. Esa verdad que puede ser de perogrullo es el motor que impulsó a Juan Pablo Urquizo y Óscar Jurado a poner en marcha la licuadora para gestar la idea de Blender’s. Esta palabra en inglés —que significa mezcladores— es la que adoptaron para combinar ideas, aspiraciones y sueños. En vez de hielo o limón le pusieron trabajo y creatividad. De su coctelera salió un bar móvil que ofrece los brebajes necesarios para compartir en eventos sociales sin importar el motivo, la edad e incluso las creencias.

Como muchos jóvenes bolivianos Juan Pablo de 22 años y Óscar de 24 combinan las aulas y los textos universitarios con sus habilidades en la coctelería, es así que conformaron esta barra móvil de la que salen bebidas con mucha creatividad y con dedicación especial, porque cada vaso, cada copa surge con ese valor agregado que se siente en el paladar de quien sorbe cada una de las mezclas, las que muchas veces están personalizadas.

Lo que llega a las manos del cliente es el fruto de una semilla sembrada hace algo más de un año. Juan Pablo explica que de la intención de poner una marca a su servicio surgió Blender’s y ese concepto está plasmado en el logotipo que tiene como base la imagen de las aspas del motor de una licuadora al medio de una coctelera —en el futuro esperan abrir una división de jugos naturales y en ese caso la coctelera se vuelve un vaso con un sorbete— la “l” y la “d” de Blender’s coinciden con el borde de las figuras. Con ese ícono quieren consolidarse como los mezcladores.

El segundo paso era dar forma al concepto y a la imagen y optaron por el bar móvil porque así pueden estar presentes en varios eventos, independientemente del lugar donde se lleven a cabo. En esas definiciones los hermanos de ambos fueron importantes, un diseñador gráfico primero y luego un arquitecto. En el segundo caso participó en el diseño del mueble modular que permita conservar los ingredientes de las bebidas, tener éstos y los utensilios para su manipulación a mano y evitar incomodidades a los anfitriones como ruido, olores y basura.

Esa estructura es uno de los principales atractivos y base de este negocio que empieza a despegar porque al estar conformada por módulos permite achicar o agrandar la barra hasta alcanzar la capacidad de atención a 1.000 personas simultáneamente, de ahí para abajo nada es imposible. Con la idea clara y la estructura puesta la mezcladora empezó a girar.

A la experiencia que adquirieron Juan Pablo y Óscar en Arkos Mojo Grill & Martini Bar, en Carolina del Sur, EEUU, se sumaron los esfuerzos de Paula Jurado y Josimar Ortiz, la responsable de las relaciones públicas y uno de los principales bartenders, respectivamente. Ellos son la columna y la guía bajo la cual trabaja un ejército de bartenders, garzones y equipo de apoyo, de acuerdo con el requerimiento de cada evento.

Al equipo humano se suman los elementos que hacen de Blender’s un servicio personalizado, pues ellos son capaces de complacer a los paladares más exigentes con las curiosidades más sorprendentes, por ejemplo, tomar un trago con bombillas con labios o bigotes, apagar una torta de copas de pie de limón bebible o disfrutar de un whisky con una bola de hielo. Esto último va más allá de la estética, ya que al tener una sola superficie el agua tarda en mezclase con el licor, solo lo enfría, lo que mantiene el sabor y el cuerpo del whisky.

La oferta de los mezcladores es tan amplia que entre su público están empresas, recién casados y pequeños cumpleañeros, lo que Óscar no evita contar es que también atienden eventos en los que no se consume alcohol, es entonces cuando el beber trasciende los licores para exaltar el placer de beber y disfrutar de brebajes elaborados con diversos ingredientes como son la linaza, la hierbabuena, la coca los masmelos, los jarabes o pintura dorada comestible.

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