Hace 26 años Wilivaldo Herbas y Flora Torrico llegaron a la capital cruceñas desde la ciudad de Punata (Cochabamba). Al poco tiempo abrieron El Rincón Punateño con el fin de generar recursos para mantener a sus hijos. El restaurante no solo les ayudó a darles educación y sustento, sino que también les hizo ganar muchos amigos y se convirtió en uno de los lugares más frecuentados por cochabambinos y otros comensales atraídos por la calidad de sus chicharrones.
Flora junto a sus hijas mayores empezaron preparando unos cuantos platos, pero ahora el negocio ha crecido tanto que ya requieren de empleados que les ayuden, pero además de los tradicionales chicharrones el restaurante también ofrece distintas comidas a base de cordero, charque, codorniz, pato frito y bebidas como la chicha garapiña.
El restaurante abre solo los sábados, domingos y los lunes de 11:30 a 21:00 y es tiempo suficiente para que se llene de clientes de todo tipo. “Hasta aquí han venido autoridades locales y del Gobierno e incluso una vez estuvo Evo Morales, cuando aún era dirigente sindical”, cuenta Gonzalo Herbas, uno de los hijos del propietario del local.
Pero no solo políticos llegan hasta El Rincón Punateño, sino también muchos artistas folclóricos que además de buena comida encuentran un espacio para guitarrear y compartir entre amigos.
“Además del buen sabor de los productos nosotros nos preocupamos de la buena atención y de que sea un restaurante para toda la familia”, explica Gonzalo y agrega que hace unos años decidieron que sus padres debían descansar del trabajo del restaurante , porque se enfermaron y lo cerraron.
Sin embargo, fueron Wilivaldo y Flora los que insistieron en reabrir.
Actualmente ellos son los que siguen cuidando de la calidad de los productos que compran y que no se pierda el buen sabor que los ha hecho conocidos.
Para tomar en cuenta
El restaurante está en el barrio 7 de Marzo, calle Carlos Saavedra a media cuadra del cuarto anillo. Los platos cuestan entre Bs 30 a Bs 70
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