La ciudadana paraguaya Fátima Velásquez, que fue trabajadora del club nocturno Katanas y que ahora se encuentra presa en la cárcel de Miraflores por la muerte de su hija, denunció que el dueño del citado centro nocturno, Marco C., apuntaba con arma de fuego a niñas y bailarinas del bar para que obedezcan sus órdenes y para que se escondan en las paredes ocultas de Katanas con el fin de evitar las inspecciones que se realizaban al lugar.
Velásquez contó que "las veces que había batida (inspecciones), ellos nos metían ahí (en las paredes falsas), y habían muchas niñas de 15, 16, 17 y 18 años y las escondían ahí; ellos (los trabajadores del bar) te sacaban los celulares para que no tengamos comunicación, sacaban todos los documentos de todas las chicas".
Describió que a las menores "a todas las tenían encerradas" y no dejaban que las mismas denuncien los atropellos porque las tenían amenazadas. "Marco C. siempre estaba con armas en las manos él te ponía esa arma en la cabeza, a todas las chicas les hacía eso, y decía si nadie hace lo que él dice, él va a reportar a las chicas y hacer todo público esto y qué vinieron hacer (al bar)".
Fátima Velásquez señaló que en 2012, Gustavo Fernández (administrador del bar Katanas) y Sandra Cámara (hermana del dueño del bar) le trajeron a sus 18 años con engaños diciéndole que trabajaría como modelo y ganaría $us3.000.
Velásquez actualmente se encuentra en la cárcel y su novio también, acusado por el asesinato a golpes de su pequeña hija. La mujer sostiene que su pareja mató a la pequeña mientras ella se encontraba trabajando en el club nocturno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario