Helados artesanales y naturales de frutilla, chirimoya, maracuyá, mango, kiwi, capuchino y los clásicos sabores de canela y leche con coco se constituyen desde hace casi 10 años en el nuevo atractivo de cientos de personas que visitan o están de paso por el municipio de Tiquipaya.
¿Qué te gusta más de este helado? “Lo dulce que es. Ofrece una variedad de frutas y entra refrescante al cuerpo”. ¿Tu preferido? “El de frutilla es una delicia”, afirma Melina Inca, quien cada fin de semana o cuando el deseo se lo exige acude al puesto de la Heladería Quiroga a servirse el manjar.
Luis Coca Rivera, que llegó de Capinota junto con Dummy Aguilar Saconete, de Oruro, cuenta que al pasar por el lugar vieron a mucha gente y que la forma de preparar los helados les llamó la atención, pero al probarlos quedaron maravillados por el sabor agradable.
“Lo que me gustó más es el sabor y lo que es natural, hasta las pepitas de la chirimoya están aquí y en otros lados no es así porque los preparan con esencias. (El helado de aquí) es saludable y yo creo que voy a volver”, se expresa mientras saborea uno de chirimoya mezclado con leche.
Minutos antes, la familia Felípez detuvo su vehículo para comprar tres helados de diferentes sabores antes de volver a la ciudad de Cochabamba. Cuentan que las dos veces al mes que visitan Tiquipaya es costumbre disfrutar de estos helados que los atraen por sus sabores.
Trinidad Doraliza Quiroga Rojas, propietaria del puesto Helados Quiroga, uno de los seis que están ubicados al inicio de la avenida Ecológica y Sauce Esquinas, cuenta, en charla con este medio, que fue la primera en llegar a este lugar, hace 13 años.
“El secreto es hacer el helado con amor”, resume Trinidad, quien cada día hace un licuado con las frutas de la época, que es vaciado en cubos (envases donde se pone el preparado), los cuales flotan en tinas de madera con trozos de hielo y sal, para que el líquido tome consistencia con el frío.
Después de menos de una hora, los helados están listos. Ella bate 20 litros, y hasta 50 los fines de semana, según la demanda. Suelen ir acompañados de una empanada, pero hay quienes lo prefieren con maní, explica Trinidad.
El helado de leche o canela tiene un costo de cinco bolivianos; los preparados especiales de fruta, seis, y los vasos más grandes, 15 bolivianos.
Entre semana, Trinidad atiende sólo en su puesto al menos a 100 personas por día, pero la cantidad se triplica en domingo con las interminables filas de vehículos que están parados en la cera sud para comprar un helado y continuar su camino. Llega gente no sólo de Tiquipaya, sino de otros municipios e incluso departamentos, cuando están de paso.
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