Proliferan los negocios de venta de comida rápida itinerante que se desplazan en vehículos de diversos modelos, utilizando sin permiso espacios públicos. Desde la municipalidad mencionan que se dificultan los controles porque son ambulatorios. Anuncian que el ejecutivo trabaja en una norma para poner las reglas a estos comercios, especialmente en el tema sanitario.
Cocinas ambulantes en toda la ciudad. Ceviche, pacumutos, panchitos, chorrellana, hamburguesas y pizza son alguna de las comidas rápidas que ofertan montadas en cocinas ambulantes, para poder llegar a diferentes puntos de la ciudad. En ese afán estos negocios utilizan las calles y áreas verdes donde se estacionan para atender a sus clientes. El director municipal de Espacios Públicos, Juan Carlos Sensano, señala lo siguiente: "son negocios nuevos y no hay una norma vigente para controlarlos".
La autoridad agrega que "para ese sentido debe actuar la Dirección de Espacios Públicos, Tráfico y Transporte, la Unidad de Inocuidad Alimentaria e Impuestos para las licencias, ya que ocupan las calles, luego se estacionan por horas para vender sus productos y en eso infringen varias normas", menciona Sensano.
Deben cumplir con requisitos sanitarios. Gary Antelo, que es director municipal de Sanidad Alimentaria explica que "un manipulador de alimentos debe cumplir portando su licencia de funcionamiento, carnet sanitario que garantice la sanidad del lugar y de las personas que manipulan y preparan los alimentos para no afectar a los consumidores y deben ser capacitados en buenas prácticas de manipulación de alimentos".
Antelo agrega que dentro de estos controles también debe participar la Unidad de Abastecimiento y Servicios.
Normas de sanidad
Vender solo comida preparada
Las normas de sanidad De la municipalidad cruceña señalan que "no pueden preparar comida en vehículos motorizados, deben llevar los alimentos ya preparados y solo calentarlos", explica Juan Carlos Sensano, director de Espacios Públicos. Sin embargo, las autoridades señalan que mucho hace también la demanda de parte del público que tiene la mala costumbre de alimentarse con comida chatarra. Para ello, sugieren apoyar la regulación de estos negocios, con información sobre los riesgos a los que se exponen fomentando en su organismo estas dietas poco saludables.
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