Oruro es una ciudad muy tradicionalista, sus habitantes son un público exigente, pero cuando se encariñan con algo lo adoptan para sí y lo convierten en una verdadera tradición, y como tal es muy difícil que la vayan a abandonar, es así que cuando llega la media mañana en diferentes puntos de la urbe la gente se apresta a degustar una empanada, conocida por estos lados como "salteña".
El hecho de ir a comer salteñas no sólo es por la comida, sino que es un buen pretexto para reunirse entre amigos, este manjar también sirve para acompañar acontecimientos especiales como agasajos por el Día de la Madre o del Padre, Día del Maestro y otros, también está presente en cócteles, eventos culturales y de otra índole.
Las salteñas existen de muchos y diversos sabores, algunas varían en el sabor del jigote picante, dulce, con poco picante, con otros ingredientes como huevo, aceituna y hasta pasas, pero no sólo se diferencian por el sazón sino también en el contenido, pues las hay de charque, de pollo, de fricasé, de carne y hasta vegetarianas, asimismo puede ser distinto el tipo de masa.
Y ya que hablamos de tradiciones, precisamente en Oruro se alza una salteñería que tiene 90 años de funcionamiento, y aunque detuvo sus actividades por un tiempo ahora regresó con fuerza y nuevas ofertas, se trata de "El Buen Gusto", de los esposos Ramiro Flores Ramos y Carla Sánchez Ballón, quienes retomaron la tradición heredada de sus padres y abuelos.
Según cuenta su propietaria, la salteñería en sí nació en Potosí, con sus abuelos que la bautizaron como "La Exquisita", que una vez traída a Oruro se denominó "El Buen Gusto", nombre que se mantiene hasta la actualidad.
Inicialmente en esa casa gastronómica se elaboraban galletas de chuño y de champagne, las que se repartían por toda Bolivia, pero luego se incursionó en la preparación de salteñas, con buenos resultados.
El producto que oferta "El Buen Gusto" se distingue de similares por el jigote que se elabora evitando el uso de conservantes y la masa que es fina y delgada, muy similar a la conocida como "mil hojas".
Carla Sánchez de Flores apunta que muchas personas creen que el jigote se puede guardar por varios días y ser usado después, pero ella señala que esto en su negocio no es aceptado, por lo que siempre ofrece un relleno de calidad para las salteñas, ya que considera que el producto guardado puede ser dañino para la salud de sus clientes.
Antaño, las salteñas se cocían en hornos a leña que servían para hornear pan, proceso por el que pasaron también las tradicionales empanadas a las que nos estamos refiriendo en el presente artículo, sin embargo, con el tiempo sus propietarios adquirieron hornos que funcionaron durante muchos años y sirven hoy por hoy para la elaboración de este manjar.
El horno que se utiliza en "El Buen Gusto" a la fecha cuenta con 35 años de funcionamiento y continúa en vigencia.
La actual propietaria de la empresa gastronómica conserva los mostradores, el horno, las recetas y los letreros originales de "El Buen Gusto" y por ese sentimiento que embarga a las personas que heredan tradiciones, de no desear ver morir lo que sus antepasados construyeron con tanto esfuerzo y cariño, ella decidió retomar el negocio familiar y hacerlo resurgir, con más bríos y con nuevas ideas.
Cuando uno está por mucho tiempo en un negocio crea lealtad entre los clientes y también fue a pedido de los viandantes que extrañaban el sabor de "El Buen Gusto", que los esposos Flores Sánchez decidieron retomar la actividad gastronómica desde hace dos meses aproximadamente.
Comenzaron ofreciendo las salteñas de carne, las de pollo y las de cóctel y a sugerencia de los amigos, se lanzaron al éxito con la elaboración de salteñas vegetarianas, muy bien recibidas por el público orureño, que cada vez más solicita este manjar, que pese a que mantiene el gusto y calidad de las salteñas tradicionales es elaborado con carne vegetal.
Los primeros propietarios fueron Mariano Sánchez y Fermina Sosa, ellos dejaron en herencia el negocio a Román Sánchez Sosa y Alicia Ballón de Sánchez, en la actualidad se hace cargo su hija Carla junto a su esposo Ramiro Flores, y a lo largo de todos estos años han cosechado múltiples reconocimientos por la calidad del producto que expenden.
Es así que en diciembre de 1988 obtuvieron su primer reconocimiento por participar en el Primer Festival Departamental de la Salteña, otorgado por el otrora Canal 5. Luego reciben el premio a la Mejor Salteña el 10 de febrero de 1995, del Club de Leones "Sebastián Pagador".
Posteriormente, el 31 de octubre de 2002, la Alcaldía Municipal de Oruro, comandada por Guillermo Aillón, confiere el reconocimiento por Servicios Especiales a la salteñería. Y el galardón más reciente lo recibe en enero de 2004 de manos de los representantes del Bloque Oruro.
Los años le han dejado a Carla Sánchez el aprendizaje en la elaboración de este delicioso manjar, que según ella le parece que fue algo nato, desde que recuerda siempre ayudaba y aprendió mirando a cocinar la empanada, y espera que con ella no termine la tradición, sino que espera que de alguna manera sus hijos se hagan cargo más adelante del negocio familiar que más que ganancias le reporta satisfacción personal por mantener una tradición dentro de la gastronomía orureña. Pese a que recién retomaron la actividad, se tiene planes para crecer y llevar el manjar que ellos elaboran a otros rincones de Bolivia, con la modalidad de franquicias.
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