No está claro si el barismo es una técnica o un arte. Sin embargo, quienes lo cultivan deben tener una amplia formación y capacitación para reconocer de inmediato el café de alta calidad, y además requieren dotes artísticas para combinar con precisión los ingredientes y para que su mezcla y diseño resulten en “la taza de café perfecta”.
De la mano de Roaster Boutique , el barismo llegó a La Paz con una oferta de al menos diez tipos de café boliviano de alta calidad. El local que abrió hace un par de semanas en la calle René Moreno de San Miguel es el primero del país con esta oferta. Entre sus productos “estrella” tiene el café Takesi, cultivado en Yanacachi, provincia Sud Yungas de La Paz.
Elizabeth Abel, de 22 años, es una barista profesional que llegó de Estados Unidos para compartir su experticia en el catado y el preparado del café.
“El barismo -dijo- consiste en crear nuevos y diferentes sabores de café de alta calidad, sobre todo el expreso (de preparación rápida y sabor más concentrado) mezclado con leche, licores, esencias y otros ingredientes”.
Los baristas usan únicamente café de primer nivel, que sobrepase los 84 puntos en el ranking internacional de calidad.
“El café que tiene entre 84 y 90 puntos es considerado especial, el que sobrepasa los 90 puntos es de alta calidad”, apuntó Mauricio Díez de Medina, gerente de Agrotakesi, firma responsable del local y productora del café Takesi.
Según Abel, cuanto más puntos tenga el café “mejores sabores se sentirá al tomarlo”. Todo depende del cultivo y del molido del producto “y hasta de la temperatura del agua y de la leche, que varían según lo que se requiera”, afirmó la experta.
Prepararlo con leche es un arte aparte. Una vez lista una taza de expreso, Abel toma una jarra de leche y, con un movimiento rápido de muñecas, la vierte sobre la bebida mientras dibuja una figura que se mantiene en la superficie.
“Esto es decorativo y agradable para el cliente. Sé hacer varios diseños, como una roseta, un corazón y un tulipán”, contó.
A propósito del café boliviano, la experta se mostró gratamente sorprendida. “La primera vez que lo tomé fue en una cafetería en Washington y adoré el sabor. Desde ese día mi meta era llegar a este país y promover el barismo”, dijo a Página Siete.
Además de preparar café, Abel imparte clases de barismo los lunes y martes en Roaster Boutique. Los cursos tienen un costo de 250 bolivianos.
Periódicamente, el local también promueve clases de cultura del café y cata básica, y en junio organizará un tour a la finca de Agrotakesi, en Yanacachi.
Y en cuanto al menú: cuatro tipos de café son de edición limitada (más de 90 puntos): Takesi, Picos de Luchumachi, de Coroico; Illimani, de la comunidad de Caranavi; y Apolo del Madidi, de Apolo. Según Díez de Medina, “los otros seis son especiales y tienen una puntuación mayor a 85 puntos”.
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