La venta de bebidas alcohólicas es un negocio próspero en la ciudad, pues se estima que hay 60.000 locales dedicados a esta actividad, los cuales no tienen la respectiva autorización de la comuna. Para la Policía, una de las consecuencias del consumo de alcohol es la inseguridad ciudadana que sigue aumentando en Santa Cruz de la Sierra.
En la Secretaría de Recaudaciones y Gestión Catastral (SER), hay un registro de 85.000 actividades económicas, entre las que se incluyen bares, licorerías y otros boliches que expenden bebidas alcohólicas, de los cuales solo 10.000 pagan impuestos.
“De los 85.000 negocios registrados en SER hay 30.000 que ya no existen, pero los propietarios no la han dado de baja por lo que continúan anotados y los restantes 45.000 siguen funcionando, pero no tributan”, reveló Fernando Mustafá, ejecutivo de SER.
Para esta repartición municipal es difícil ejercer control ante esa cantidad de locales repartidos en las 36.000 hectáreas que abarca la ciudad y que pronto serán 50.000.
“Contamos con poco personal y no tenemos ni un vehículo para salir a vigilar, por lo pronto necesitamos 10 motorizados para ejercer una labor adecuada”, agregó Mustafá, que tiene en mente lograr que se efectúe un censo de todas las actividades del ramo.
Ilegalidad
Dentro del concepto de ilegales figuran los locales que tienen permiso para una determinada actividad, pero prestan dos o más servicios.
Un ejemplo es la apertura de un establecimiento de comidas, donde el propietario no declara que venderá cerveza o vinos y hasta colocará una rocola para satisfacer a los clientes, con lo que evade impuestos en dos actividades.
Según Dorian Jiménez, gerente de la Unidad de Salubridad del Servicio Departamental de Salud (Sedes), para cada boliche los permisos son disgregados, es decir, debe especificarse los productos y sacar una orden para cada uno.
Otra solución que se plantea es limitar a los propietarios de los inmuebles en el momento de alquilar una sala o un ambiente, es decir, que debe conocer previamente lo que el inquilino piensa hacer.
“Se debe presentar un proyecto de ordenanza que limite al dueño de casa a que alquile sus ambientes para boliches, más aún en barrios residenciales donde se perjudicará a los vecinos”, sugirió Ronald Callejas, director de Defensa del Consumidor de la comuna.
Uniformados
Hace una semana llegó un contingente de 300 policías los cuales una vez se instalen coadyuvarán en la vigilancia de los boliches porque, según el comandante de la Policía, Guido Arroyo, en las borracheras se planifican los atracos
En La Ramada funcionan casi escondidos los bares y cantinas
Las normas
Ley del 11 de julio de 2012
Controla el expendio y consumo de bebidas alcohólicas, con horario restringido, de 3:00 a 9:00, y asigna a la Policía la tarea de hacerla cumplir pese a la oposición de los dueños y clientes.
Ordenanza 036/2001
Es el reglamento municipal para que funcionen los locales de venta de bebidas. En el artículo 2 da garantías para la convivencia pacífica entre vecinos y los boliches.
Licorerías
La misma norma define que una licorería es un centro de expendio de bebidas alcohólicas con su respectiva autorización, la cual no incluye la actividad de consumo del producto en el mismo local.
Ruidos molestos
El art. 23 advierte que todo local que cause ruidos molestos al vecindario puede ser denunciado por los afectados y se le aplicará las multas dispuestas en el Reglamento de Control de Ruido Ambiental.
Perturbar la tranquilidad
El art. 24 estipula que las peleas o riñas, los escándalos, los atentados contra la moral o la higiene que no sean denunciados por el propietario serán amonestados con el cierre del local por tres días.
Espacio Público
La ocupación de las veredas o espacios púbicos para el expendio y consumo de bebidas alcohólicas está prohibida mediante la ordenanza 050/2004.
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