Se sentaron alrededor de una de las mesas de la parrillada Don Miguel, donde compartieron una riquísima carne y llenaron de adulos a un gran amigo y colega, Gerardo Portillo, que presidió la gerencia de respuestos de Nibol y brindó sus servicios durante 19 años. Ahora, se despidió de todos para emprender un negocio personal.
Su esposa, Margoth de Portillo, sus colegas y varios gerentes compartieron con él durante varias horas.
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