Como una alternativa en el buen comer, el diplomático británico Peter Cartwright decidió emprender una nueva actividad relacionada con la gastronomía en el restaurant The ambassador’s table, ubicado en el Karlovy Vary.
La noche inaugural estuvo dedicada especialmente al cuerpo diplomático y consular, además de algunos amigos allegados para que puedan conocer los acogedores ambientes reacondicionados, donde destaca la mesa principal elegantemente vestida para los embajadores.
“Lo que estoy tratando de ofrecer con este restaurante es un hogar lejos del hogar, un lugar donde el tiempo se detiene, un lugar donde usted puede sentarse, relajarse y disfrutar una comida lentamente, esencialmente la idea es de volver a esos valores de antaño en los cuales comer era una experiencia”, dijo el propietario, destacando que eligió Bolivia simplemente porque se enamoró de esta tierra, a pesar de haber recorrido el mundo en funciones diplomáticas.
La característica del lugar es disfrutar de un menú gourmet de acuerdo con la temporada bajo la influencia de la “cuisine vivante”, es decir un estilo que ofrece altos niveles de placer estético y gastronómico al cenar, buscando estimular el sentido de la vista y el apetito con una variedad de sabores, texturas y colores que se complementan.
La atención es bajo reserva sólo por las noches, o la atención de almuerzos a grupos y atención para eventos con una variada selección de entremeses.
A su llegada al restaurant, los invitados fueron cálidamente acogidos por los esposos Peter y Raquel Cartwright, para luego saborear “sorpresas de mar”, crepes of roast, “capricho de dioses”, “mermelada de cebollas”, “anticuchos de pollo con salsa verde” y “besos de sapo”, acompañados por una variedad de vinos de la bodega Marqués de Cáceres entre otros licores como el kir royale.
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