Para poder degustar un rico tamal o un cuñapé preparado de la forma tradicional, como lo solían hacer antes las abuelitas, y una deliciosa chicha camba para acompañarlo uno no necesita desplazarse hasta localidades como Vallegrande o Cotoca, que son lugares que poseen reposterías y comidas típicas muy deliciosas que aún conservan el toque de antaño.
En el centro de la ciudad hay bastantes lugares que ponen a disposición, no solo de cruceños, sino también de extranjeros, toda la gastronomía originaria de Santa Cruz. Pero pocos los conocen. Estas son algunas opciones para aquellos amantes de las delicias típicas.
En pleno centro
En el mercado Siete Calles se encuentra Blanca Villarroel Quiroga, que lleva más de 45 años preparando el asado colorado vallegrandino, escabeche, enrollado y chicharrón. A precios de Bs 15, 20 y 25 cada uno. A esta meticulosa cocinera se la halla cualquier día de la semana, desde las siete de la mañana.
Avanzando unos pasos, por la calle Vallegrande, están los famosos panes chamas, en grandes canastos, de Octavina Espinosa, que lleva haciéndolos y vendiéndolos desde hace 36 años. Se los puede conseguir todos los días, a Bs 5, cada uno.
Si lo que se desea es compartir en familia, otro de los lugares que se puede visitar es El Horno de Tía, donde hay una gran variedad de horneados, empanadas, y bebidas tradicionales. Además de una excelente atención. Solo hay que dirigirse a la calle Ballivián esquina Cobija.
Otra de las opciones, si de compartir se trata, es el Horno Caliente, que lleva 25 años elaborando delicias típicas. Desde pan casero, tamales, masaco y cuñapé entre otros apetitosos productos de la cocina oriental. Donde la señora Cinthia Amelunge los estará esperando.
Pero si lo que se busca son los deliciosos caramelos, el lugar indicado es la pastillería La Tarijeñita, donde vende pastillas de miel de abeja, alfeñiques hechos de empanizau, coco, frutilla y menta, además de las ricas tablillas de maní.
Rescatando lo nuestro
Santa Cruz hace muchos años dejó de ser ese pueblo que solo se caracterizaba por su exquisita comida, crece de manera imparable y a la vez va desapareciendo sus costumbres. Pese a ello, aún hay gente que apuesta por lo nuestro .
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