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lunes, 27 de marzo de 2017
¿Quieres una salteña en Buenos Aires?
Buenos Aires, cosmopolita. Una vertiginosa sucesión de imágenes de bolivianos y de gente de otras nacionalidades. Fiesta. Trabajo. Arte callejero. Reclamo social. Corren los primeros 46 segundos al ritmo desenfadado de la música de Los Bolitas. “Quiero volver a empezar / no tengo por qué seguir / Quiero que se vayan todos / y yo quiero presidir. // Tengo que recuperar / el tiempo que malgasté / Quiero que me ayuden todos / no quiero corresponder”.
La producción de “Lo que se calló”, encabezada por el periodista Abdel Padilla, boliviano residente en Argentina, “vende” su producto así en YouTube: “En La Paz, puedes comprar una salteña a la vuelta de la esquina, pero en Buenos Aires tienes que caminar un poquito más…”. Se trata de la segunda entrega de la serie denominada “Ni bolitas ni boludos”, en video. El primero tuvo la temática de las Alasitas.
La idea, que es muy simple y se desarrolla en apenas cuatro minutos, aborda un tema significativo para el expatriado: la identidad, las raíces, lo propio en el extranjero. ¿Qué tiene que hacer un boliviano para conseguir una salteña en Buenos Aires?
“‘Ni bolitas ni boludos’ se concentra en mostrar que, más allá de los casos de discriminación y, ahora, la tensión por la nueva política migratoria, hace mucho que bolivianos y argentinos construyen una historia común. Pero también queremos hacer conocer el esfuerzo de los compatriotas por hacer más llevadera su aventura migratoria”, cuenta a ECOS Padilla, quien el año pasado recibió junto a José Luis Mendoza el premio Rey de España, en Madrid, por su programa “Feminicidio y violencia contra la mujer en Bolivia”, emitido por radio FIDES en 2014.
La elección de la salteña (la empanada rellena de carne o de pollo, entre otros ingredientes) no es casual. “Si hay algo que se extraña mucho es la comida”, prosigue el periodista nacido en Potosí. “La idea nació el último 6 de Agosto, cuando decidimos ir a festejar el Día de la Patria en Liniers, un barrio conocido por su actividad comercial con manos migrantes; de hecho, es uno de los mercados de referencia para conseguir productos que nunca encontrarás en un supermercado bonaerense, como el chuño, la tunta, la marraqueta y, desde luego, la salteña”.
Padilla dice que en Buenos Aires hay varios lugares donde se puede comer una salteña, pero uno de los más conocidos es la salteñería El Conejo, cuyo negocio principal está precisamente en Liniers. Allí, además, se ofrecen platos típicos bolivianos como, por ejemplo, la dominguera sopa de maní.
Maribel Zúñiga, conductora y autora junto a Abdel Padilla de la idea original y los libretos, abre el video con una frase sugerente: “En Argentina dicen que la milanesa tiene su verdad. Lo que no saben es que, en Bolivia, la salteña tiene su secreto”. A continuación, agrega: “En La Paz la consigues a la vuelta de la esquina. Acá (en Buenos Aires) hay que caminar un poquito más”.
El resto se cuenta por segundos, minutos y hasta por horas… es el largo recorrido que hay que seguir para saborear una salteña boliviana en la capital argentina.
La travesía
Solo con imágenes en cámara rápida y la música de “African Dance”, de Marcel van Cleef, de acuerdo con el video primero se toma un bus para ir de la provincia de Buenos Aires a la Capital Federal. Después, una línea de subte. Después, una más. Entremedio, recorridos a pie de una parada a otra. Por último, un viaje en tren para llegar al destino final: Liniers. Al bajarse, otra caminata por la avenida Rivadavia.
“Decidimos en familia ir por una salteña, pero nunca imaginamos que tendríamos que tomar un bus, dos líneas de subte, un tren y una caminata de 20 minutos. Desde luego, nosotros salimos de provincia, Avellaneda, por lo que es solo un ejemplo de lo que puede tomar en tiempo y dinero comer una salteña: cerca de tres horas y como 40 pesos o 20 bolivianos por persona en transporte, ida y vuelta”, explica Padilla a ECOS.
A juzgar por las tomas logradas por Nandi y Monse (este es un emprendimiento familiar: “yo escribo los guiones, mi esposa presenta y entrevista y algunas cámaras son de mis hijas”), si las salteñas de “El Conejo” saben como lucen, la travesía vale la pena. A propósito, los precios, con la inflación galopante en Argentina, solo son referenciales.
Puedes verlo en Youtube
El video se puede ver en YouTube, buscándolo con el nombre “Ni bolitas ni boludos, salteñas”. El sonido es de José Luis Mendoza y la edición estuvo a cargo de Harold Wolff. Los Bolitas es una banda paceña que el año pasado lanzó su primer disco, “De Bolas”, entre cuyas canciones se encuentra “Me llevo la bola”, utilizada —con el permiso correspondiente— en esta muy buena producción audiovisual.
“Ellos (el grupo Los Bolitas) nos comentaron que se llaman así para, precisamente, desestigmatizar el término despectivo ‘bolita’, así que estuvieron de acuerdo con participar en nuestro video”, indica Padilla, antes de anunciar que el siguiente capítulo versa sobre Ponciano Cárdenas, artista cochabambino que figura en las principales antologías de arte del siglo XX de Argentina.
“La idea es sacar un nuevo capítulo cada 15 días”, concluye el responsable del video. •
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